Actualmente, Internet se ha convertido en parte integrante de nuestra vida cotidiana. Aunque ofrece numerosas ventajas y oportunidades de conectividad y acceso a la información, no es un secreto para nadie, que es una herramienta que tiene diferentes efectos en la salud mental.
Desde hace varios años se ha concientizado sobre la importancia de acudir al psicólogo con regularidad, esto se ha convertido en un hábito para muchos. Desde el punto de vista de estos profesionales, el internet ha sido el protagonista de diferentes problemas de salud mental, mayormente, en los jóvenes.
¿A qué se refiere el uso problemático del internet?
El uso problemático de Internet, es también conocido como adicción a internet o empleo compulsivo de internet, se refiere al uso excesivo e incontrolado de las diversas plataformas en línea, un problema que interfiere con las actividades diarias y afecta negativamente a varios aspectos de la vida de las personas.
Implica una necesidad persistente y compulsiva de estar en línea, lo que provoca dificultades para gestionar el tiempo, priorizar las responsabilidades y participar en actividades fuera de línea. El uso problemático de Internet puede manifestarse de diversas formas, como el uso excesivo de las redes sociales, la adicción a los juegos en línea o las compras compulsivas en plataformas digitales.
El uso excesivo de Internet se ha asociado con mayores niveles de depresión y ansiedad. Pasar demasiado tiempo en línea puede llevar al aislamiento social, a la reducción de las interacciones cara a cara y a sentimientos de soledad o inadecuación, esto ha sido indicado por profesionales como el Ps. Eduardo Schilling.
La exposición constante a representaciones curadas en línea de las vidas de los demás puede contribuir a las auto – comparaciones negativas, lo que lleva a una baja autoestima y una mayor vulnerabilidad a los problemas de salud mental.
De igual modo, suele alterar los patrones de sueño, lo que provoca trastornos del sueño e insomnio. La navegación nocturna por Internet, los juegos en línea o el desplazamiento excesivo por las redes sociales pueden interferir con el ciclo natural de sueño-vigilia del organismo, provocando privación de sueño y fatiga.
La falta de sueño de calidad puede contribuir a los trastornos del estado de ánimo, la disminución de la función cognitiva y el bienestar mental general. Asimismo, se ha señalado que puede afectar negativamente a las capacidades cognitivas.
La multitarea constante, la sobrecarga de información y la dependencia de la gratificación instantánea de las actividades en línea pueden afectar a la concentración, la capacidad de atención y la memoria. Esto puede afectar al rendimiento académico o profesional y contribuir a sentimientos de frustración o disminución de la autoeficacia.
Reconocer y abordar el uso problemático de Internet es esencial para mantener una buena salud mental. Para ello, el primer paso debería ser establecer límites de tiempo específicos para el uso de Internet. Así, asignar tiempo dedicado a actividades fuera de línea, pasatiempos e interacciones sociales.
Para ello, es fundamental ser consciente de los comportamientos en línea y del impacto que pueden tener en el bienestar mental. Es fundamental tomar descansos, practica la autorreflexión y participa en actividades que promuevan la atención plena y el autocuidado.
Posiblemente, está de más recordar la importancia de seguir un estilo de vida completo; participando en actividades físicas, practicando aficiones y pasando tiempo de calidad con amigos y familiares.
Los problemas de salud mental afectan a una gran parte de la población mundial. Aunque existen profesionales de la psicología dispuestos a ofrecerte la ayuda necesaria, solo depende de ti el salir de estos problemas. Presta atención a las señales y desconéctate en el momento indicado.