Cultura de Empresa
En la coyuntura actual, cualquier organización debe seguir evolucionando hacia una Cultura de Empresa que le permita seguir progresando en su camino hacia la calidad total y la excelencia.
Unas empresas se encontrarán en fases más avanzadas que otras, pero la mejora continua es una rueda sin final en la que siempre hay que seguir avanzando, pues siempre se tienen opciones de seguir mejorando en todos los procesos parciales y, por tanto, también, en el proceso global de la empresa. Para ello, va a ser clave no dejar de evolucionar de una organización tradicional a una progresiva, en la que cada vez se utiliza de forma más eficaz el talento y la iniciativa de todo el personal. En una organización tradicional prima el concepto de “haz justo lo que digo”; la dirección da órdenes concretas a los empleados y, por tanto, no se utiliza bien el potencial del personal.
En una organización progresiva, en cambio, son los empleados (todos y cada uno de los empleados) los que dan opiniones e ideas a la dirección, a través de lo que podríamos denominar la filosofía del “¿qué es lo que sugieres?”, usándose, así, como ya se ha comentado, el talento y las iniciativas de todo el personal; todo ello ligado a un estilo de Dirección adecuado, a una mayor transparencia y a una mejor comunicación.
Aspectos clave para ello van a ser: la gestión por procesos, haciendo más visible (paneles) la gestión de todo el proceso para todos, compartiendo la evolución y el progreso; medir la mejora con indicadores tanto de calidad, coste, cumplimiento de plazos a nivel de clientes (internos y externos) como de seguridad y moral, a nivel de todo el personal de la empresa; conseguir un personal comprometido y motivado a la vez que se promueve el trabajo en equipo y creando grupos de mejora, enfocado todo ello a la mejora continua.
Pero, además, para que este proceso de mejora sea continuo y sostenido y poder así hablar de empresa excelente, debe darse una situación en la que el personal de toda la organización pueda ver por sí mismo las oportunidades de mejora y en la que se cuente con el comprometimiento e iniciativa por parte de todos los empleados, donde “cada uno es el presidente de su área de responsabilidad”.
Por tanto, cuando se hace referencia a Cultura de Empresa, ¿qué es lo que se quiere conseguir? Se busca la involucración de todos los empleados en el proceso de mejora continua de la empresa así como hacer uso del potencial de todos ellos, la satisfacción de los empleados por medio de información y formación, una actitud emprendedora y una mentalidad positiva y una comunicación abierta y honesta.
En cualquier caso, hay que tener en cuenta que avanzar en estos temas no es una tarea fácil y se requiere de mucha energía y constancia para llevarlo a cabo. Hay aspectos, como el conocimiento y las actitudes personales, en los que puede ser más sencillo el progreso. Pero el conseguir realmente que la Cultura de Empresa sea una realidad, al menos en un alto porcentaje de la organización, requiere de más esfuerzo y un plazo mayor en el tiempo.
Las principales preguntas a plantearse, entonces, son: ¿se considera interesante e imprescindible avanzar en una Cultura de Empresa con este enfoque?, ¿se tiene más o menos una idea o diagnóstico sobre en qué fase está actualmente la empresa?
Reflexión final: lograr una organización en la que prime la iniciativa y sugerencias de todo el personal con un alto grado de “empowerment”, en lugar de un entorno donde prevalece la supervisión y el personal solo espera y se mueve por instrucciones y órdenes, requiere de una metodología, alto esfuerzo y energía; pero realmente vale la pena llevar a cabo dicho proceso y este proceso lleva al éxito de la organización.