Aprender a ser Socialmente Responsable
La difícil coyuntura económica en la que vivimos ha ido transformando poco a poco el modelo de producción. Así, se ha pasado de un modelo de negocio agresivo basado en “el ganar” a uno en el que lo que cuenta más son los valores éticos de la empresa y su relación con su plantilla y la sociedad, convirtiéndose, muchas veces sin ser consciente de ello, en empresas socialmente responsables.
Es en el S. XIX cuando comienza a hablarse de lo que más tarde se llamó Responsabilidad Social Empresarial (RSE). Enconces, algunos empresarios de Europa y de EE.UU. comenzaron a preocuparse por la calidad de vida de sus trabajadores. El desarrollo del Estado de Bienestar en el S.XX, hizo que la atención pasara a centrarse en las relaciones formales integrales dentro de las instituciones en lugar de en aumentar como fuera la productividad y los beneficios económicos.
Aunque la expresión de RSE surge entre los años 50 y 60 en EE.UU, en Europa tiene su desarrollo en la década de los 90, cuando la Comisión Europea empleó tal término para implicar a las empresas en una estrategia de empleo que generase mayor cohesión social como forma de luchar contra los problemas generados por el desempleo. Desde entonces, el término ha ido cobrando fuerza y evolucionando con el aceleramiento de la actividad económica, la conciencia económica y el desarrollo de las nuevas tecnologías.
En este sentido, han surgido organismos de carácter internacional como el Pacto Mundial de Naciones Unidas o el Global Reporting Initiative, encargados de delimitar el concepto teórico y vigilar la aplicación de las directrices de este concepto (respeto a los Derechos Humanos, respeto al Medio Ambiente, formación y preparación de la plantilla, la no discriminación en el lugar de trabajo….). Asimismo, existen otras entidades e iniciativas, especializadas en esta materia, que están contribuyendo a la creación y difusión de una cultura responsable entre las organizaciones que forman el tejido empresarial de cada país.
Por esta razón, al igual que se exige cada vez más preparación en disciplinas empresariales o en idiomas, los responsables de selección de las empresas piden cada vez más que sus mandos intermedios y directivos tengan conocimiento en este sentido. Así, no es de extrañar que haya surgido toda una oferta formativa en torno a la RSE y que tenga un gran protagonismo en el temario de los MBA.
El objetivo es cambiar la mentalidad de los empresarios y pasar de un modelo basado en el “sólo ganan unos pocos” a uno “en el que ganamos todos” y las empresas son y deben ser el motor de este cambio.