Dentro de lo que conocemos como Formación Profesional para el Empleo, es decir toda aquella encaminada a la inserción, reinserción y actualización laboral frente al desempleo, empiezan a cobrar cada vez más fuerzas los Certificados de Profesionalidad.
Para aquellos que desconozcan que son, se trata de una acreditación oficial que, como su nombre indica, certifica que una persona tiene los conocimientos y las habilidades necesarias para desarrollar una determinada actividad laboral. Algo muy beneficioso para el desempleo.
De esta forma se da una mayor respuesta al mercado laboral que, con la que está cayendo, demanda cada vez personal más preparado y cualificado y la única forma de acreditar oficialmente esa competencia profesional es mediante estos certificados, sobre todo en algunos sectores como la Hostelería.
Las entidades que pueden expedir estos documentos son el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) y la Administración Laboral de las Comunidades Autónomas y la forma de obtenerlo es mediante la realización de acciones formativas en entidades homologadas al respecto.
Los medios más comunes para comprobar esas competencias profesionales suelen ser pruebas teóricas o prácticas, con el objetivo de que quede patente la capacitación real de las personas, sea cual sea la forma por la que la han alcanzado, ya sea mediante la realización de módulos formativos o por la propia experiencia personal, extremo que se encuentra actualmente en estudio.
Existen varias clases de certificados. En la página del SEPE se puede encontrar una completa información sobre las diferentes familias de certificados que existen en función de la materia que tratan.