La tasa de retorno exigida en finanzas es, sin duda, uno de esos términos que aparece frecuentemente en las conversaciones de expertos en inversiones. Este concepto esencialmente dicta el rendimiento mínimo que un inversor espera obtener para considerar una inversión aceptable.
Para entender su importancia, imagina que tienes una suma de dinero que planeas invertir. No lo harías sin más; primero te preguntarías cuánto esperas ganar, ¿verdad? Eso es básicamente lo que representa la tasa de retorno exigida: la ganancia mínima que un inversor considera necesaria para que una inversión valga la pena.
Cuando un inversor evalúa diferentes oportunidades, busca comparar la posible recompensa frente al riesgo que implica cada opción. Aquí es donde entra en juego este concepto. Calcula la tasa considerando varios factores, como el riesgo asociado con la inversión y las tasas de interés prevalecientes en el mercado. Con esta información, pueden decidir si la inversión cumple con sus expectativas.
Índice
¿Cómo se calcula?
No es una fórmula mágica, pero sí tiene su ciencia. Generalmente, la tasa de retorno exigida se calcula utilizando el CAPM (Capital Asset Pricing Model), un modelo que ayuda a determinar el rendimiento esperado de una inversión ajustado al riesgo:
- Retorno libre de riesgo (Rf): Generalmente se refiere a los bonos del gobierno, que se consideran inversiones sin riesgo.
- Beta (β): Una medida de la volatilidad o riesgo de la inversión en comparación con el mercado en general.
- Premio por riesgo del mercado (Rm - Rf): La diferencia entre el retorno esperado del mercado de valores y el retorno libre de riesgo.
La fórmula CAPM sería:
$$ Rf + β(Rm – Rf) $$
Esto nos da una tasa que refleja no solo el tiempo y las expectativas del mercado, sino también los riesgos específicamente asociados con la inversión en cuestión.
¿Cuál es su relevancia para las decisiones de inversión?
Este concepto actúa como una brújula para los inversores. Si la tasa de retorno esperada de una inversión no supera la tasa de retorno exigida, se descarta la inversión. Esto se basa en la premisa de que el dinero tiene un costo de oportunidad: siempre podrías invertirlo en otro lugar que te ofrezca una recompensa justa por el riesgo asumido.
Pongámoslo en perspectiva con un ejemplo. Supongamos que tienes la opción de invertir en dos empresas: Empresa A y Empresa B. La Empresa A opera en un sector muy estable con bajos niveles de riesgo, mientras que la Empresa B está en una industria emergente, prometedora pero volátil. La beta de la Empresa B sería más alta que la de la Empresa A debido al mayor riesgo. Por lo tanto, la tasa de retorno exigida para la Empresa B sería mayor para compensar ese riesgo adicional.
Comparación con otras métricas
A menudo, se confunde la tasa de retorno exigida con otras métricas, como el TIR (Tasa Interna de Retorno), que calcula el rendimiento de una inversión considerando el flujo de caja y el periodo de tiempo. Sin embargo, mientras la TIR es objetiva y centrada en los flujos de efectivo, la tasa de retorno exigida es subjetiva y depende del perfil de riesgo del inversor.
Ocurre algo similar con el ROI (Return on Investment). El ROI mide el rendimiento total de una inversión en relación con su costo, una métrica usada para evaluar la eficiencia de una inversión o comparar diferentes inversiones. Sin embargo, el ROI no ajusta la rentabilidad por riesgo, lo cual es crucial para una evaluación completa. Aquí es donde la tasa de retorno exigida cobra importancia, porque, ningún inversor quiere obtener un rendimiento insuficiente por asumir un riesgo elevado.
Tasas de retorno exigidas en diferentes contextos
Las tasas pueden variar considerablemente según el contexto. Para los inversores particulares, pueden ser bastante personalizadas, dependiendo de su aversión al riesgo y horizonte temporal. Sin embargo, para las empresas, es una cápsula esencial en sus decisiones de financiación y proyectos. Una empresa puede usar su tasa de retorno exigida para determinar si un nuevo proyecto de inversión tiene sentido. Si el proyecto no puede superar esta tasa, quizá no vale la pena asumir el riesgo.
Ejemplos prácticos
Imagina que eres un emprendedor tecnológico y quieres lanzar un nuevo producto. Antes de hacerlo, calcularías la tasa de retorno exigida basándote en la inversión requerida, el tiempo esperado para obtener beneficios y los riesgos del sector. Esta tasa será tu guía para evaluar si los ingresos proyectados justifican la inversión inicial.
En el mundo de la inversión en bienes raíces, las tasas de retorno exigida también juegan un papel vital. Si estás considerando comprar una propiedad como inversión, usarías esta medida para comparar la rentabilidad esperada con la de otras posibles inversiones, asegurándote de que el riesgo asumido esté adecuadamente compensado.
Factores que influyen en la tasa de retorno exigida
Más allá del riesgo inherente y las condiciones del mercado, hay diversos factores que pueden influir en esta tasa. Las expectativas inflacionarias, por ejemplo, tienen un papel notable; una inflación alta puede llevar a una mayor tasa de retorno exigida para compensar la pérdida de poder adquisitivo. Otro factor es la política monetaria. Una política monetaria más estricta generalmente resulta en tasas de interés más altas, lo que también puede influir en la tasa de retorno exigida.
Vamos a incluir la psicología del inversor. Algunos inversores son naturalmente más adversos al riesgo y exigirán una tasa de retorno más elevada para cualquier inversión. Por el contrario, aquellos más inclinados a asumir riesgos pueden contentarse con una tasa menor, siempre y cuando vean un gran potencial de crecimiento.
Decisiones corporativas
Para las corporaciones, la tasa de retorno exigida puede determinar qué proyectos de inversión seguir y cuáles dejar pasar. Por ejemplo, si una empresa está considerando expandirse a un nuevo mercado geográfico, calculará la tasa de retorno exigida para asegurarse de que los potenciales beneficios superen los riesgos. Si no se alcanza esa tasa, podrían optar por invertir esos recursos en otro lugar, donde los rendimientos superen las expectativas.
Nada mejor para cerrar que recordar que, ya sea que estés iniciándote en el mundo de la inversión o ya seas todo un veterano, la tasa de retorno exigida es una variable que no puedes pasar por alto. Te permite evaluar de manera clara y lógica si una inversión vale la pena. Por lo tanto, alinear tus expectativas y cálculos con esta métrica te ayudará a tomar decisiones más informadas y, en última instancia, a mejorar tu rendimiento financiero.